Friday 30 April 2010

Mission of Burma - Signals, Calls and Marches
















Un EP fascinante, tal vez el mejor de los presentados por el lado del post-punk estadounidense, se puede decir que Signals, Calls and Marches inició, en cierta forma una era. Apareciendo alrededor del mismo tiempo que el segundo álbum de estudio de Wipers, Youth of America, ambas bandas tienen ciertos elementos transicionales entre la escena post-punk británica de finales de los 70s y lo que se daría en la escena underground estadounidense de los 80s. Por supuesto, Mission of Burma es, básicamente y con poca discusión, un acto post-punk, que tomó la energía y el espíritu de rebelión que el punk para llevarlo hacia nuevos horizontes, con progresiones de acordes y de tempo inusuales, en contaste con Wipers, que pese a ser uno de los primeros actos de punk aparecidos en los Estados Unidos, tenían un sonido mucho más relacionado con el hardcore, y por su evolución musical, se puede ver como a estos se les puede considerar como el primer acto de post-hardcore de la historia (cosa que puede ser discutible para algunos). Pero, pese a que difícilmente podríamos categorizar a Mission of Burma como una banda de post-hardcore, se puede decir que es innegable la influencia del grupo en algunos de los primeros actos de post-hardcore como Hüsker Dü, de hecho, no es para nada descabellado ver ciertas similitudes entre ambas bandas, las guitarras disonantes, los tiempos frenéticos, la energía mostrada por ambos conjuntos, la inclusión inclusive de instrumentales en sus álbumes, cosa poco usual en la escena punk, aunque claro, Mission of Burma no tenía la catarsis y el desgarro vocal que Bob Mould mostraría como cantante. Además, vemos trazos de Mission of Burma en bandas posteriores como R.E.M. o Pixies, o de la escena musical de Seattle de comienzos de los 90.


Mission of Burma proviene de las cenizas de Moving Parts, agrupación en la cual actuaron el guitarrista Roger Miller y el bajista Clint Conley, a los que, posterior a la desintegración de este grupo, se les unieron el baterista Peter Prescott y el manipulador de efectos de sonido e ingeniero de audio Martin Swope, con lo cual se conformó el grupo, que tuvo un éxito moderado en Boston (debido a la promoción que estos tuvieron en esta área) y una influencia (como ya se ha visto) en la escena “alternativa” norteamericana. Uno de sus primeros lanzamientos, hecho mediante el sello disquero Ace of Hearts, fue el EP Signals, Calls and Marches, que, lanzado a mediados de 1981, logró vender por completo su primera impresión de 10,000 copias para final de ese año. El EP sería re-lanzado en formato de CD en 1997, adicionando dos canciones de un sencillo que fue el primer lanzamiento de la banda, Academy Fight Song acompañado de Max Ernst (nombrada y con tema basado en el artista dadaísta).


Posteriormente, en 2008, el álbum fue remasterizado para su lanzamiento en Matador Records, incluyendo un orden de pistas ligeramente distinto al del CD de 1997, algunas canciones que no habían sido lanzadas previamente y un DVD con material en vivo, por lo cual este EP puede ser juzgado casi como un álbum de estudio. Este nueva versión comienza con el sencillo que cerraba la anterior, Academy Fight Song siendo casi como el himno del grupo, con una guitarra acústica que acompaña las secuencias inusuales de acordes de la eléctrica y coro que se le puede atascar a cualquiera, canción que está acompañada de la oda dadaísta Max Ernst, que, como se puede apreciar aquí, había sido interpretada desde la época de Moving Parts. La nueva edición añade Devotion, que sigue con la misma tónica que Max Ernst y bien pudo ser el lado B del primer sencillo en vez de esta y la más corta Execution tiene pasajes de guitarra y feedback ligeramente psicodélicos (junto a la manipulación de sonido a cargo de Swope). Después de estas rarezas pasamos a escuchar el contenido del EP original, que abre con el que puede ser considerado el otro himno de la banda, That’s When I Reach for My Revolver al ser una de las canciones más populares de esta y que ha sido covereado por múltiples artistas, con un poderoso bajo que prácticamente nos lleva a través de los coros y versos de la canción, de los cuales se ve algo de las influencias que Pixies tuvieron para su estilo “loud-soft-loud”. Mediante un sonido de bombo, se introduce a la segunda canción del EP original, Outlaw, que tiene algo de influencia disco en el ritmo, posiblemente tomado de los británicos Gang of Four, en adición a la secuencia de acordes características del grupo. Fame and Fortune tiene un interludo de ruido, disonancia y feedback que serían muy usuales en las composiciones de los neoyorquinos Sonic Youth, y de este se pasa el tema más abiertamente punk del EP, This Is Not a Photograph, del cual se puede decir era uno de los temas que posiblemente Hüsker Dü escuchaban mientras grababan Zen Arcade, por la intensidad de la grabación y por el frenesí de baterías. En contraste, pese a tener un beat punk algo frenético, Red tiene guitarras casi jangly, que serían propias de R.E.M., junto a otro puente disonante por parte de la guitarra y los efectos de sonido, hasta un coda en el cual el tempo se hace más lento que el resto de la canción. El EP finaliza con la nstrumental All World Cowboy Romance, un cierre un tanto climático que sin embargo deja al oyente pidiendo por más.

Saturday 17 April 2010

The Chameleons - Script of the Bridge


















Decir que este es uno de los álbumes más emblemáticos del post-punk es muy poco comparado a todo lo que se puede decir de esta joya aural que apareció por 1983, mucho después que Unknown Pleasures, pero algo antes que Ocean Rain, como para ubicarnos en un cierto contexto cronológico. Pese a que The Chameleons nunca logró tener un gran éxito como contemporáneos como The Cure o los mismos Echo and the Bunnymen, su influencia y su importancia para bandas posteriores de post-punk (e inclusive actos de dream pop, género en el que a veces se mete a la banda de forma forzosa) y de la nueva ola de este género que aparecería posteriormente, a comienzos de la década del 2000 aún logra se hace sentir con fuerza. Parece en principio difícil de percibir para el oyente promedio, pero si uno es lo suficientemente cuidadoso para notarlo, se logra escuchar la innegable influencia de The Chameleons en la que es considerada la banda más representativa de esta segunda ola, Interpol, que obtuvieron el aspecto ambiental y etéreo de sus guitarras, teclados, y sonido en general del conjunto de Manchester, en vez de, cómo diría alguien inadvertidamente, del sonido más sónicamente oscuro y abrasivo de Joy Division (banda cuyo nombre, infortunadamente, se usó la década que acabó de pasar hasta el hastío para comparar a muchas de las bandas del nuevo post-punk que aparecieron).


Pero, dejando más allá las comparaciones pasajeras, The Chameleons era un grupo formado con miembros de múltiples bandas de Manchester en 1981: el bajista y vocalista Mark Burgess, los guitarristas Reg Smithies y Dave Fielding, y el baterista John Lever (que reemplazó al baterista original, Brian Schofield). La banda grabó un par de sesiones radiales para el legendario locutor y disc jockey británico John Peel en el 81 y en el 83, y en 1982 lanzó su primer sencillo In Shreds, acompañado de una primera versión de Less Than Human, que, siendo producido por el afamado Steve Lillywhite (que también había producido discos de Siouxsie and the Banshees, The Psychedelic Furs, XTC y de la etapa post-punk de U2 entre otros), fue también su debut en una gran disquera (Epic), pese a que no volverían a estar en una hasta el lanzamiento de su tercer álbum, Strange Times (sin contar con que los lanzamientos estadounidenses del conjunto se hacían por medio de MCA Records). El grupo luego entró al estudio en 1983 para la grabación de su álbum debut. De acuerdo a Mark Burgess en las liner notes del álbum, este fue grabado en un período de 5 semanas en los Estudios Cargo en Rochdale, a las afueras de Manchester, sitio de notoriedad a finales de los 70 debido a ser el lugar de sesiones de grabación para grupos del famoso sello discográfico Factory Records como Joy Division, OMD y Crispy Ambulance entre otras. Pese a que Lillywhite expresó interés en producir este nuevo álbum, este decidió posteriormente retractar su decisión para producir War de U2 y, debido a la insistencia de los múltiples productores que fueron sugeridos por parte de CBS para acortar la duración de las canciones a 3 minutos, el sello decidió librar al conjunto de su contrato, por lo cual eventualmente el sello independiente Statik se ofreció a financiar el álbum. La banda regresó a Cargo con su ingeniero regular Colin Richardson, y grabó el debut a un costo de 3,000 libras esterlinas, improvisando muchas de las canciones con base en una idea previamente escrita.

















Script of the Bridge ofrece de apertura uno de los mejores riffs de guitarra escuchados en el post-punk, como parte de uno de los temas más populares de la banda, Don’t Fall, que nos ofrece un aperitivo de las cosas a venir, una perfecta canción de pop oscuro, un ritmo vibrante, guitarras con amplio delay que en un punto suenan un tanto punk, y un coro que tanto Bono como Ian McCulloch deben estar envidiando en secreto por no haber logrado escribir. Es, sin duda, un buen comienzo, que es seguido a su vez, con un percibido homenaje lírico a John Lennon (que fue inspiración musical para The Chameleons, como se vería posteriormente en su carrera), Here Today, que contiene un tiempo mucho más lento y desgarrador que el primer tema y sirve como transición entre los temas más aproximados al punk y los más etéreos del disco. La tercera canción del álbum es tal vez uno de los mejores temas de la banda, Monkeyland logra armar una tensión impresionante en sus misteriosos y lentos versos hasta llegar a uno de los más potentes coros del género, que describe a la vida como “just a trick of the light” (“un truco de la luz”) y una “optical illusion, like other optical illusions” (“ilusión óptica, como otras ilusiones ópticas”). Una serie de notas de teclados nos introduce a la que es considerada por muchos la obra maestra de The Chameleons (y, en el momento de escribir este artículo, después de escuchar Script of the Bridge en demasiadas ocasiones que ya ni recuerdo, mi canción favorita del disco), la apasionada Second Skin, que se puede describir como una alegoría a las experiencias cercanas a la muerte y sobre la inmortalidad, y es una canción increíblemente bien armada, que reduce el tiempo de un cierto beat punk, y le agrega un riff característico de guitarra, un bajo que conduce la canción a través de su travesía de siete minutos y que van progresando lentamente hasta llegar a un clímax junto con los teclados a partir del cual la canción comienza a desvanecerse lentamente.


Up the Down Escalator nos ofrece una excelente melodía, tal vez de las mejores de la agrupación, seguida de la lenta percusión semi-tribal de Less than Human, que parece casi una marcha hacia el desvanecimiento del tiempo que, como sugiere la canción, pese a que podrá alguna vez estar de nuestro lado, vendrá por nosotros: “Time he's on our side she said, but it makes no difference in the end, he's coming after you my friend” (“el tiempo podrá estar de nuestro lado, ella dijo, pero al final no hace ninguna diferencia, él vendra hacía ti, mi amigo”). Pese a que la melodía de Pleasure and Pain puede recordar un tanto a aquella de Here Today en un principio, da una cierta pauta para los codas e interludios de canciones posteriores en el álbum y sirve como preludio para la fastuosa Thursday’s Child, con los mejores ejemplos de pasajes en guitarra que Paul Banks “& Co.” tomarían para sus canciones, y un puente que solo aumenta el poder de la canción. As High as You Can Go es tal vez la canción más aproximada al punk en todo álbum, no solo musical sino también líricamente, hablando sobre “vender tu alma por fama y fortuna” en palabras de Burgess, y fue escrita de acuerdo a este en respuesta a lo ocurrido con CBS, mientras que A Person Isn’t Safe Anywhere These Days, tal como el título lo indica, agrega un leve tono de paranoia que refiere al ser atacado por extraños, y que tiene un impresionante final etéreo con guitarras que le dan algo de espacio para llegar a dimensiones de otro mundo.


Una figura de guitarra repetida da paso a Paper Tigers, que hace referencia a un incidente que la banda tuvo con Killing Joke previo a un concierto en el cual el conjunto iba a ser el acto de apertura de estos y su subsecuente retiro del evento. La melancólica (en tono) y majestuosa View from a Hill, que relata una experiencia psicodélica que Burgess tuvo mientras subía con los otros miembros una colina para tener una vista de los suburbios de Manchester y su subsecuente finalización con una combinación de una guitarra rítmica levemente distorsionada y un riff proveniente de la otra con efectos de eco dan el cierre a una de las mejores experiencias sónicas de la primera mitad de la década de los 80.